Hay dos reglas para una vida feliz:

1. Sé capaz de experimentar cualquier cosa.
2. Causa solo aquellas cosas que los demás puedan experimentar con facilidad.

El hombre ha tenido muchas reglas de oro (reglas de buena conducta). La regla de “Tratar a los demás como te gustaría que te trataran a ti” se ha repetido a menudo. Pero estas reglas de oro no siempre resultaron en cordura, felicidad o éxito. No tuvieron en consideración lo que otros, que no han aprendido las reglas de oro, le han hecho a la persona.

¿Cómo resuelves las cosas malas que se te han hecho?

Para ser feliz, solo tienes que ser capaz de confrontar (que quiere decir, experimentar) las cosas que están ahí para ser vistas o experimentadas.

La desdicha es solo esto: La incapacidad de confrontar lo que está ahí para ser confrontado.

Por lo tanto, debes seguir la regla: 1. Sé capaz de experimentar cualquier cosa.

Una definición general de buena conducta es hacer solo las cosas que los demás puedan experimentar fácil y cómodamente.

Si examinas tu pasado, encontrarás que puede que tu atención esté atascada solo en las acciones que le hiciste a los demás que ellos no fueron capaces de recibir.

Por ejemplo, hubo una vez que estabas enfadado y le diste un puñetazo a alguien en la nariz. O una vez que te cogiste el pastel de alguien y te lo comiste sin decirle nada.

Cuantas más acciones haya hecho una persona que otros no pudieron experimentar, peor es el pasado de esta persona. Al ver que había causado muchas cosas malas, dejó de causar cosas en absoluto; un desdichado estado en el que estar.

El dolor, los trastornos y la demencia resultan de causar a los demás cosas que otros no pudieron experimentar con facilidad.

Entonces, todos los actos malos son los actos que no puede experimentar con facilidad la persona que los recibe.

Al usar esta definición, veamos nuestros propios “actos malos” (overts). ¿Cuáles fueron malos? Solo los que otro no pudo experimentar con facilidad. Entonces, ¿qué actos malos de la sociedad son malos? Son los actos de violencia que resultaron en dolor, inconsciencia o demencia, que causaron que alguien experimentara una gran pérdida, como perder el dinero de alguien.

Bueno, ¿qué otros actos tuyos consideras “malos”? Las cosas que has hecho que tú mismo no podrías experimentar con facilidad, fueron malas. Pero las cosas que has hecho que tú podrías haber experimentado si se te hubieran hecho a ti, no fueron malas.

No hay necesidad de llevar una vida violenta solo para demostrar que uno puede experimentar. La idea no es demostrar que uno puede experimentar, sino recuperar la capacidad de experimentar cualquier cosa.

Así que hoy en día tenemos dos reglas de oro para la felicidad:

1. Sé capaz de experimentar cualquier cosa.
2. Causa solo aquellas cosas que los demás puedan experimentar con facilidad.

Y si sigues estas dos reglas de oro, serías una de las personas más felices y con mayor éxito.